Hola, mi nombre es Antonio Urbaneja, y soy un montañista perteneciente al club de montaña del 'Boquerón' (Málaga) y empecé a escalar en Enero del 2003.

Antes de nada quiero dejar claro que no soy ningún experto de la zona, ya que este artículo lo escribo habiendo estado una sóla vez en Riglos, pero con clara idea de que seguro que no será la última vez.

Mi intención es simplemente trasladar la experiencia que tuve, mi opinión sobre el tipo de escalada que se da allí, mis recomendaciones sobre la zona y con ello facilitar información que os pueda ayudar a los que queráis visitar este fantástico sitio y disfrutar de su peculiar escalada.

El Mallo Pisón es el que más destaca pos sus dimensiones. Se eleva casi desde el mismo pueblo unos 300 metros de altura. La mitad del Pisón es vertical pasando a desplomar un poco más arriba para terminar tumbándose un poco en la parte alta en la que abundan las panzas rigleras, las canales y espolones. La calidad de la roca del Pisón es muy buena en todas sus caras y sus vías excelentes. La única vez que he subido al Pisón ha sido por la Carnavalada y por ahora es de la única que os puedo hablar y por supuesto recomendar. La cima del Pisón fue pisada por primera vez en 1946, por la vía normal desde el collado, llegando hasta aquí rapelando desde el macizo y sus autores fueron E. Peiré, J. Panyella y A. Murgía.

Pedro y yo subimos al Pisón por la carnavalada (U. Abajo y J. Ibarzo 1965), que es una vía buenísima, con una roca de excelente calidad, con un ambientazo y que sigue un recorrido muy lógico pero a la vez directo a la cima del Mallo Pisón. La carnavalada comienza en el centro de la cueva de la virgen, con un inicio de primer largo que cuando lo ves desde abajo dices eso es solo 6a+?..., pero no es tanto tiene bastante canto. Una vez que sales del desplome entras en una fisura acanalada que prosigue durante 3 largos más hasta llegar a una gran repisa. De esta repisa sale el largo más bonito de toda la vía, un 7a+/7b cinco estrellas, muy vertical con un gran ambiente, recuerdo un paso durillo a unos 8 metros de la repisa y a partir de ahí se trata de aguantar hasta la siguiente reunión cogiendo bolos y más bolos.

Para los que no queráis 'volar' en exceso llevaros cintas de sobra para este largo porque entre parabolt y parabolt hay buriles que podéis chapar y ahorraros un vuelo más largo. A partir de aquí la escalada se caracteriza por la interminable secuencia de panzas a superar y por la tendencia de la vía a perder un poco de inclinación, vamos que deja de desplomar y tiende a tumbarse poco a poco.

La última parte de la vía transcurre por una canal gris, pero el último largo es mejor hacerlo por la derecha, por el último largo de la vía escoria oriental, que está equipado a diferencia de la última parte de la canal (último largo original de la Carnavalada), y tiene una entrada graciosa.

Una vez estéis en la cima del Pisón, a disfrutar de las vistas que son increíbles y cuando terminéis de recrearos, para bajar debéis dirigiros en dirección al collado por un sendero corto y marcado, con mucho cuidado hasta una reunión donde empieza el primer rápel que os llevará a otro rápel instalado en una repisa y este a su vez os llevará al collado.

Una vez en el collado encontrareis otro rápel que os llevará a un jardín con un sendero con una gran pendiente, bajar por él con cuidado y llegaréis a un cable que os llevará al siguiente rápel. Rapelar y llegaréis a una plataforma. Destrepar por sendero unos 10 metros y aseguraros a un cable para destrepar hasta un tronco seco donde encontraréis dos argollas, más rápel hasta una plataforma y a partir de aquí os quedan dos rápeles muy evidentes de unos 40 metros cada uno, el último espectacular, acabando en la zona los volados.

Extremad la precaución con la caída de piedras durante todo el descenso, ya que son muy frecuentes, y usar el casco.

En el mallo Fire la roca es menos sólida que la de sus vecinos Pisón y Visera, aún así tiene muy buenos itinerarios de los que solo puedo hablaros del único que he realizado y que nos llevó a Pedro y a mi a lo alto de la punta No importa del Fire: el Espolón Sureste también conocido como Espolón Rabadá-Navarro (Alberto Rabadá y Ernesto Navarro 1961).

La Rabadá-Navarro del Fire es una vía clásica y de las más rigleras que os vais a encontrar. La dificultad máxima de la vía en libre es 6b, pero conviene ir más sobrado por su exposición. Es un itinerario para autoproteger aunque la mayoría de las reuniones tienen algo, algunas tienen parabolt, otras espits, otras mezclas de ambas, etc. En los largos os vais a encontrar clavos y numerosos puentes de roca enlazados por cordinos del paleozoico de los que os podéis fiar o poner los vuestros, lo que si os digo es que si empezáis a poner cordinos en todos los puentes de roca que ya están enlazados os van a dar las uvas en mitad de la pared y seguramente bajareis de noche.

Pero eso es un mal menor, el verdadero problema de esta ruta es acertar con el itinerario ya que el riesgo de embarque es altísimo, es bastante recomendable que os compréis una buena guía de Riglos, que además os va a servir para el resto de rutas que no son pocas, y toméis nota del itinerario para llevarlo a la pared.

Yo me llevaría el siguiente material para hacer el Espolón Sureste:

    >2 cuerdas de 60 metros
    >Cintas largas y cordinos
    >15 cintas exprés
    >Juego de fisureros
    >Juego de friends hasta el número 3 de camalots.

Cuando llegué a la cima de la punta No importa del Fire no encontré ninguna reunión de la que asegurar a mi compañero por lo que tuve que asegurarlo al cuerpo anclado de un arbusto que hay en la cima que se veía suficientemente sólido.

Una vez en la cima podréis disfrutar de unas vistas espectaculares, prueba de ello es la foto que podéis ver aquí.

Para bajar del Fire desde la punta 'No Importa' tenéis que seguir el breve sendero que os lleva a la base de la punta Mateo donde encontrareis 2 argollas para rapelar oblicuamente hasta el collado.

Una vez ahí habréis tenido que subir 1 metro aproximadamente para encontrar una canal muy pendiente que debéis bajar con cuidado hasta encontrar el siguiente rápel que a su vez os dejará en una buena plataforma.

Seguir el sendero evidente para llegar a un último rápel. Acto seguido debéis seguir el sendero que a su vez desemboca en las grandes pedreras de bajada del Fire, a partir de aquí ya no tiene pérdida, ya que os vais a encontrar de cara con el circo de verano del Pisón.

La Visera es el mallo más a la derecha de todo el macizo y si hay algo que lo distingue del resto es el gran desplome a que están sometidas la gran mayoría de sus vías, desplome que se acusa en la parte superior de las mismas.

La calidad de la roca de la visera es muy buena, aunque si es cierto que cuando te coges a un 'bolo' piensas: ¿Se caerá esto y yo me voy detrás con él?'. Personalmente creo que las vías están tan repetidas que todo lo que haya tenido que caerse de esas vías se ha tenido que caer ya, pero bueno, nunca se sabe...

La Visera es una de las paredes de España con más patio y sensación de vacío, aunque no sea ni mucho menos de las más altas, con 250 metros aproximadamente.

Como anécdota os puedo contar que la primera vez que subimos a la cima de la Visera por la vía Zulú demente nos encontramos a un hombre con una gran mochila a sus espaldas y estaba solo, entablamos conversación con él porque no teníamos muy clara la bajada así que bajamos juntos y por el camino nos explicaba que iba a saltar desde la cima de la visera haciendo salto base. El hombre nos contaba también como al saltar de la visera a penas si tenía que hacer deriva para separarse de la pared porque esta muy desplomada.

De la Visera os puedo hablar de las dos vías que hicimos Pedro y yo: Zulú demente (F. Gutiérrez, F. Caballé, 5. y J. Arnaudas y S. de Pedro en 1983) y la fiesta de los bíceps (E. Gutiérrez, J Arnaudas y compañeros). Son dos recorridos increíbles, bastante parecidos en cuanto a que ambos itinerarios en los primeros largos se caracterizan por la superación de panzas, quizás más en la Zulú demente.

La fiesta de los bíceps comienza con un poco de panzas pero en seguida se pone muy vertical, dando paso al largo más difícil de la vía en mi opinión, un largo más bien de placa, con canto pequeño y pies pequeños y un poco resbaladizos.

Este largo desentona por completo con el resto de la vía ya que en general es todo canto y desplome. La fiesta tiene una dificultad mantenida de 6b menos el largo que os acabo de comentar y un largo que dan de 7a donde la vía desploma más.

Zulú demente tiene también un dificultad mantenida de 6b de canto y desplome, a excepción de un largo de 7b situado donde la vía más desploma, al igual que en la fiesta. Para estas dos vías no hace falta subir con dos cuerdas, con una cuerda simple de 60 metros es suficiente ya que la bajada es a pie, por lo que conviene subirse unas zapatillas.

Para bajar de la Visera debéis seguir un sendero evidente. El sendero os llevará a una pendiente inclinada a la derecha de roca gris que debéis bajar serpenteando y una vez lleguéis a pisar tierra y no roca, debéis cortar a la izquierda. En este punto existe un momento de confusión y podéis equivocaros siguiendo por la derecha, por la canal, por ahí no hay salida, por experiencia propia.