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El Grado

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Uno de los temas más polémicos en escalada deportiva, por no decir el que más, es el grado de las vías. Siempre discutiendo sobre qué mide el grado, que si es subjetivo, que si está mal puesto… ¿Nos podemos ahorrar toda está discusión? ¿Por qué graduamos las vías? ¿Cómo se gradúa? ¿Por qué tanta polémica?

1. ¿Para qué diantre queremos el graduar una vía?

En mi opinión, para el 99% de los mortales el grado de una vía es útil y nos aporta dos cosas:


A. Conocimiento a priori de lo que queremos escalar: Conocer el grado de las vías nos permite planificar nuestros viajes o visitas de escalada e ir a lugares en los que podremos disfrutar de este deporte a nuestro nivel. Ni aburrirnos en vías fáciles, ni frustrarnos en vías demasiado difíciles. Yo difícilmente decidiré hacer una salidita a Santa Linya si resulta que lo más fácil es un 7a. Demasiado difícil para mí. Así que me ahorro perder el tiempo haciendo 200 kms. de ida y otros tantos de vuelta. Gracias pues por graduar.


B. Conocimiento a posteriori de nuestra evolución personal: Una vez escalada una vía (o fracasado el intento) conocer la dificultad de la misma nos puede dar una idea de si vamos mejorando o empeorando nuestro rendimiento como escaladores. Sin grados nos sería muy difícil valorar esa evolución. En ese aspecto es muy importante destacar que valoramos nuestro progreso en base al grado que otros han puesto para esa vía. Podemos estar de acuerdo con el grado o no, pero siempre nos quedará la duda de si estamos fuertes/flojos o es que el grado está mal puesto. Así pues parece que el grado es útil. Lo cual no significa que nos tenga que obsesionar, pero está claro que para algo sirve. Así pues, vamos a preocuparnos un poco de usarlo bien…

2. Pero ¿qué debería medir el grado de una vía?

Hay varias razones que pueden hacer muy difícil graduar una vía de escalada y por tanto que den lugar a polémicas sobre qué grado debe tener. En primer lugar ni siquiera todo el mundo se pone de acuerdo sobre qué debería medir el grado de una vía (en todo el artículo hablaré siempre sobre el grado de la escala francesa). En teoría ese grado debe medir la dificultad para encadenar la vía en libre (no entraré aquí en la definición de lo que es eso, se supone que ya lo sabéis) usando el método menos costoso. Es decir, mide la forma más eficiente de subir en libre.
Variantes que he llegado a oír de gente que equipa, gradúa y lleva mucho años en esto y que por tanto da lugar a rutas graduadas de otra manera:

• Es la dificultad del paso más difícil de la vía, por tanto no considerando el componente de continuidad/resistencia de la vía y graduando demasiado bajo vías de este estilo. Esta filosofía está en desuso pero aún se oye a alguno comentándola.

 
• Es la dificultad global pero del intento a vista, nada de ensayos o al menos pocos ensayos. Esta graduación es muy típica en vías de nivel medio y poco obligadas. La verdad es que parece muy natural, dado que en niveles medio/bajos se suelen hacer casi todas las vías “a vista” o poco ensayadas y tienen multitud de posibilidades de ascensión diferentes (con diferentes dificultades) No seriamos los primeros si sugiriésemos que igual las vías deberían tener un grado a vista y otro ensayado. Hay vías muy fáciles de hacer a vista (en su grado) y otras muy difíciles. Pero poner dos grados a cada vía ya sería el acabose, ¡¡si ya no nos aclaramos con uno!!!! Sin embargo, ya hay alguna guía de escalada que indica las vías que son “ideales” para intentar a vista. Ahí queda eso.Por otro lado, la escala francesa sólo mide la dificultad de ascender en libre, no el compromiso o peligro de la ascensión. Es decir, que la misma vía tendrá el mismo grado si tiene 10 chapas en 20 metros que si tiene 2.

Carlos escalando en CataluñaCarlos Delgado en Margalef (Tarragona)

No es de extrañar que por la importante carga psicológica que conlleva, en el segundo caso la vía nos parezca mucho más difícil. Es complicado ser objetivo en estos casos.
Paradójicamente en el caso de vías “peligrosas” igual la forma más imparcial de medir el grado de una vía sería en toprope… Vale, ya sabemos qué debe medir el grado de una vía pero: ¿Cómo se mide exactamente esa dificultad? ¿Cómo se refleja esa dificultad en una letra u otra?

3. ¿Qué es exactamente la dificultad de una vía?

No todos estamos de acuerdo en lo que significa “la dificultad” de una vía. Dos tipos de dificultades posibles (pueden haber muchas más):
• La dificultad de una vía es la dificultad física. Es decir, como cuanto de esfuerzo muscular debe hacerse para ascenderla, tanto si es de potencia como de resistencia.
• La dificultad de una vía es la dificultad técnica. Por dificultad técnica queremos decir la dificultad de hacer una vía sin que “te chiven” los pasos, es decir la dificultad de “ver” los pasos y movimientos óptimos para subirla o la “fe” o climatología necesaria para mantenerte en adherencia o el nivel de “azar” para conseguir ejecutar bien todos los pasos sin caerte (dinámicos, pies pequeños)…
Una combinación de ambas dificultades (física y técnica) parece que debería darnos la dificultad global de una vía. Pero dado que hemos quedado que el grado mide la dificultad de la vía cuando ya sabemos los pasos óptimos para subirla, la dificultad técnica probablemente haga que la vía sea más difícil a vista, pero en teoría no aumenta su grado. ¡Vale! Resumiendo y recapitulando ya sabemos que medimos la dificultad de una vía ensayándola, que esta dificultad es sobretodo la física (y no la técnica) y que no cuentan los aspectos psicológicos.
¡¡¡Casi nada!!! Es probable que la mayoría de la gente que haya llegado hasta aquí ni siquiera esté de acuerdo con esto ¡y aún no hemos graduado ni una vía!!! Bien pero aún así…

4. ¿La dificultad de una vía es la misma para todo el mundo?

Parece obvio que no. Esta variará según la fisiología de cada escalador (altura, peso, envergadura, forma física, flexibilidad, resistencia, potencia…). De ahí viene la tan manida frase: “el grado es subjetivo”.
¡¡¡Cuanto daño ha hecho esta frase y cuantos desmanes graduatorios ha justificado!!!
Realmente hay pasos de escalada que son muy obligados y que en función de tus características pueden variar la dificultad de forma abismal o incluso hace la vía irrealizable (morfológicos los llaman). Pero son casos contados y no justifican la total lasitud que a menudo se esconde tras la forma de graduar vías y la tan manida frase de la “subjetividad”. Mi experiencia es que, quitando vías morfológicas, en general la opinión neutral de todos los escaladores sobre el grado de una vía raramente varía en más de medio grado. Sobre una vía uno opina que es 6a y otro quizá 6a+, pero raramente otro opina que es sólo 5+ u otro 6b. Por tanto “el grado es subjetivo, pero poco“. Pero aunque el grado sea poco subjetivo, la dificultad que percibimos cada uno variará ligeramente. Por eso la única forma honesta de marcar la dificultad de una vía es a través del consenso de todos, a través de la opinión mayoritaria. Si el 90% de los escaladores opina que la vía A es más fácil que B, entonces así debe ser. Asentado todo esto pareciera que, aunque difícil, es posible graduar correctamente todas las vías, pero se nos ha olvidado otro problema: Ahora que ya sabemos que la vía A es más difícil que la vía B ¿Cómo traducimos la dificultad de las dos vías a esos numerajos que representan el grado?


5. ¿Cómo traducimos la dificultad de una vía a ese numerajo que representa el grado?


Explicado con un ejemplo:
Probamos las vías A y B, y todos estamos de acuerdo en que A es más fácil que B según todos los criterios comentados hasta ahora. ¿Pero cual es el grado de A? ¿es 6a o no? ¿y B por tanto? ¿es 6a+ o es 6b? ¿O quizá a pesar que B es más difícil que A realmente no pueden considerarse ambas de grados diferentes y por tanto son las dos 6a (uno más duro que el otro)?¿Cómo podemos responder a estas preguntas? Pues me temo que no se puede, al menos de una manera concluyente. No existe ninguna tabla que relacione (caso que pudiera medirse) el esfuerzo empleado en hacer vía con su grado. Resumiendo, ¿tanto rollo para nada? ¿seguimos sin saber como poner el grado a la vía?Pues eso parece. Pero no. Resulta que aunque no existe esta tabla todos tenemos una idea de qué dificultad implica 6a y cual 6b. ¿Y eso como lo sabemos? Pues lo sabemos a partir de la experiencia obtenida al haber escalado diversas vías de ese grado. De una forma intuitiva. Es por ello que quien mejor gradúa una vía es aquel que hace muchas vías de ese grado o de un grado similar y no necesariamente su aperturista (mal que les pese a muchos integristas). Y también graduarás mejor si has “visto mundo” que si sólo escalas en tu escuela y para ti el grado de las vías de tu zona es ley. Probablemente así surgieron casos como Montanejos o Cahorros, pero también era otra época, claro.

6. El método Huber

Otra forma algo más estricta de intentar establecer a qué grado pertenece una vía, la indicó Alex Huber (perdón si el primero no fue él) basándose en comparar el grado que un escalador es capaz de hacer a vista, ensayado en el día o ensayado a largo plazo (días o semanas).

Según este método si eres capaz de hacer un determinado grado a vista (por ejemplo: 6a), entonces deberías ser capaz de hacer un grado más (6a+) al segundo intento o al menos, si lo ensayas durante todo un día. Y deberías hacer dos grados más (6b+) si lo ensayas durante varios días, hasta la extenuación. Ese sería tú límite a corto plazo.Evidentemente esta regla no tiene por que cumplirse para cada uno de nosotros. No sirve (como intentaba usarla Huber) para intentar demostrar que tal persona no puede estar haciendo el grado que dice hacer (caso Chilam Balam). Miles de factores personales influyen para que no se cumpla siempre.Pero sí debe cumplirse para la mayoría, estadísticamente hablando. Es decir, que si la mayoría de la gente que hace 6a a vista, no saca la vía X a vista pero sí la saca tras pocos intentos, entonces probablemente esa vía es 6a+ (pero no 6b, ni tampoco probablemente “sólo” 6a).


Aquí la palabra clave es “la mayoría”. Para que el método valga, muchos escaladores con el nivel de 6a a vista asentado deben probar la vía y valorarse sus éxitos o fracasos.

Alex Huber

En ese sentido, que toda la comunidad escaladora pueda participar para poner el grado a las vías, es fundamental y hay que ir dejando atrás el concepto del grado como algo puesto por el aperturista e inamovible para siempre (incluso aunque se rompan cantos o se pulan presas). Esto está más asumido en vías de alto nivel, donde se decota y recota continuamente, que no en vías de menos nivel o clásicas, donde un 5º+ todo el mundo sabe que ahora, tras pasar los años, parece 6b. Pero nadie pía para cambiarle el grado. Y las guías siguen publicándose con las mismas burradas que algún día pueden costar un disgusto a alguien en el caso de vías clásicas. Es más, una publicación de la vía con el grado cambiado genera toda una oleada de críticas, sobretodo de los que más presumen de pasar del grado…

7. La mayoría manda

El problema es que esta forma “comunitaria” de graduar, que proponíamos algo más arriba, requiere un montón de interacción entre escaladores y alguien que consolide toda esa información. Eso se puede hacer de forma informal, como se ha hecho siempre: comentando con gente en los pies de vía, charlando en el bar. después de escalar, escribiendo en los libros de piadas… Pero desde luego Internet nos ha dado la herramienta más poderosa para conseguir esta interacción.
Una forma de plasmar esa interacción, que se parece bastante a como la imagino yo, es la posibilidad que da la web de rockfax de opinar sobre el grado de las vías que se publican en sus guías. Eso se hace en la sección que ellos denominan Databases.
Por ejemplo: En este caso, escaladores opinan sobre un 4º+ de Penya Ginesta (Barcelona). Véanse las votaciones a la derecha de la pantalla. Hay dos votantes y ambos opinan que es como mínimo 5º grado.
2 votos son poco, pero si fueran 20 probablemente sería obvio que esa vía está mal graduada en la guía y debería corregirse. Todo ello independientemente del grado que “tradicionalmente” se haya dado a la vía o de lo que opine su aperturista (que probablemente hace 7a’s a vista y no distingue un 4º de un 5º). Quizá alguien tenga miedo que esto provoque una “inflación del grado”. Es decir que las vías cada vez se gradúen más alto. Esto no debería preocuparnos demasiado puesto que el grado es sólo un símbolo. Poco importa si decimos que Action Directe es 8c+, 9a o 9a+, seguirá siendo igual de difícil. Lo que importa es si se tardan 5 años en hacerle una repetición o si se le hacen 3 repeticiones en un sólo mes. Si es lo último, entonces poca duda cabe de que este deporte va progresando ¿no?.

FUENTE: Oskar Linares >> http://skalada.wordpress.com